martes, 7 de agosto de 2012

Sin "S" por favor...

"Luca Prodán"
tinta 2011

El primer trabajo que tuve fue en un taller de estampado de remeras rockeras, no duro mucho, un mes o dos aproximadamente, yo tenía que pintar con colores los motivos ya estampados con serigrafía blanca sobre remeras negras, la mayoría de los motivos eran de heavy metal: Maiden, Megadeth, Motorhead, Sepultura y sobre todo Guns n’roses, muy de moda por aquellos tiempos, cada tanto con suerte me tocaba una de Sex pistols o una de los Ramones.
Todos los que trabajaban allí eran más grandes que yo, incluso mi amigo, que me había llevado y que había llegado por medio de otro conocido, el trabajo no estaba mal, sino fuera por la paga, era algo así como 0,20 centavos cada remera pintada. Yo con toda la furia si llegaba a pintar 4 o 5 remeras por día, pero era entretenido, tomábamos mate y escuchábamos música desde las 9 de la mañana hasta las 17hs. Como dije, la paga era malísima, pero por otro lado no teníamos nada mejor que hacer, ya que los dos habíamos dejado el secundario y debíamos hacer algo.
Allí se puede decir que escuche bien “Sumo” por primera vez, hasta entonces solo conocía una que otra canción, uno de mis compañeros era un chico muy alto, de pelo muy lacio y anteojos a quien apodaban Sumo, era una mezcla de Joey Ramon y Ray Manzareck de los Doors, siempre llegaba temprano, con sus botitas Topper negras, su infaltable campera de jean con la estampa en la espalda de “Fiebre”, aquel disco de inéditos editado luego de la muerte de Luca Podrán. Siempre estaba muy callado, en un rincón, luego de un buen rato de que sonara Guns n’ Roses todos los días religiosamente desde que entrabamos, este muchacho preguntaba tímidamente: ¿Puedo poner algo?, y se despachaba con algún cassette en vivo de la banda del pelado, es increíble la colección de rarezas de la banda que tenía el pibe, algunos sonaban horribles, pero eran un documento buenísimo, también solía poner The doors o algún pirata de Los Redondos, igualmente con lo que más nos deleitaba era con estas joyas arqueológicas de Sumo. Recuerdo claramente que en uno, alguien del público le gritaba ¡Lucas! Y el tano lo corregía: “Luca, sin S por favor” muy graciosamente y todos nos reíamos de esas boludeces mientras pintábamos.
Creo que al cumplirse un mes de trabajo y recibir mi primera paga, pude juntar para comprarme una remera de los Sex Pistols, que pintábamos allí y que supuestamente el dueño del taller (El Ruly), me vendió a precio de costo, la segunda paga me lleve una camiseta batik manga larga con la estampa de fiebre de Sumo al frente, como no podía ser de otra manera deje todo lo ganado alli en el taller, instantáneamente renuncie para empezar a trabajar en una fábrica de videojuegos (Laser electrónica) , donde me apodaron “Attaque”, pero esa ya es otra historia.

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